La base del Ejército en la vereda La Montañita, Anorí, fue blanco de un atentado con explosivos y hostigamiento armado que dejó varios heridos entre militares y civiles. Autoridades atribuyen el hecho al frente 36 de las disidencias de las Farc.
Un nuevo episodio de violencia golpeó al nordeste de Antioquia. En la tarde del pasado 17 de septiembre, un ataque con explosivos y ráfagas de fusil contra la base militar de La Montañita, en el municipio de Anorí, dejó varios heridos y elevó la tensión en esta zona estratégica del departamento.
El Ejército Nacional señaló que los responsables serían integrantes del frente 36 de las disidencias de las Farc, un grupo armado que ha intensificado su accionar en la región en los últimos meses. “Se trató de un atentado terrorista que puso en riesgo no solo a nuestros soldados, sino también a la comunidad cercana”, informó la institución en un comunicado.
Las primeros reportes revelaron que un paquete con material explosivo fue abandonado frente a la guardia de la base y activado segundos después. Tras la detonación, hombres armados iniciaron un hostigamiento que se prolongó durante más de un minuto. Los uniformados respondieron al ataque y lograron contener la ofensiva.
El estallido dejó heridos a un suboficial y a un soldado profesional por aturdimiento. De acuerdo con versiones locales, un tercer uniformado habría sufrido lesiones por esquirlas. Además, tres civiles que transitaban en motocicleta cerca del lugar resultaron afectados por la onda explosiva. Todos recibieron atención médica en el hospital municipal y fueron dados de alta.
El alcalde de Anorí, Gustavo Silva, confirmó la magnitud del hecho: “Fueron lanzados artefactos explosivos hacia la base y después hubo disparos de fusil. Afortunadamente no hubo pérdidas humanas que lamentar”. El mandatario advirtió que la incursión pudo estar relacionada con los operativos contra la minería ilegal en el cañón del río Porce, desarrollados horas antes.
Ante el ataque, la administración municipal anunció medidas para proteger a la población. “Vamos a decretar toque de queda y restricción al parrillero en moto, con el fin de mantener el orden público y prevenir nuevos hechos violentos”, señaló Silva.
Por su parte, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, se pronunció a través de la red social X: “Fue hostigada la base del Ejército en Anorí. Las primeras informaciones apuntan a las disidencias de las Farc. Civiles y uniformados están fuera de peligro. Nuestros soldados repelieron el ataque”.
El Ejército denunció que este tipo de acciones constituyen una grave violación al Derecho Internacional Humanitario, ya que se ejecutaron en un área próxima a viviendas civiles. “Rechazamos estos actos que buscan intimidar a la población y atentar contra la seguridad de nuestros hombres”, añadió la institución en su pronunciamiento.
El atentado reaviva las preocupaciones sobre la escalada de violencia en el nordeste antioqueño, donde convergen economías ilegales como la minería ilícita y el narcotráfico. “Este tipo de hechos evidencian que los grupos armados buscan consolidar control territorial en corredores estratégicos para sus finanzas criminales”, advirtió una fuente de inteligencia consultada.
Cabe recordar que el pasado 21 de agosto, en la vereda Los Toros de Amalfi, 13 policías fueron asesinados en una emboscada atribuida también al frente 36. La región se mantiene bajo presión por la presencia de esa disidencia y del Clan del Golfo, quienes disputan el dominio de rentas ilegales.
Las Fuerzas Militares reforzaron el despliegue en Anorí y sus alrededores. “No descansaremos hasta dar con los responsables. Seguiremos adelantando operaciones ofensivas contra los grupos armados residuales que afectan la tranquilidad de Antioquia”, aseguró el Comando de la Séptima División.