El Consejo de Estado lanzó una fuerte advertencia a las autoridades ambientales y locales de Santa Marta por la falta de control sobre el vertimiento de aguas residuales al mar Caribe. En un fallo reciente, el alto tribunal concluyó que el monitoreo ambiental del emisario submarino es deficiente, lo que podría estar afectando la salud pública y los ecosistemas marinos cercanos a las playas turísticas de la ciudad.
La decisión se produjo tras analizar informes técnicos que evidencian fallas graves en el seguimiento al sistema que descarga los desechos al mar desde hace más de dos décadas. Según el fallo, no se han hecho inspecciones especializadas ni se usan herramientas modernas como sensores o monitoreo remoto, lo que impide saber con precisión el impacto real sobre el agua y la fauna marina.
Este llamado de atención coincide con la denuncia viral de una ciudadana, María Marcela Preciado, quien aseguró haber contraído una infección tras bañarse en la bahía de Santa Marta. Aunque la Alcaldía respondió que no ha recibido un reporte médico que confirme la versión, reconoció que existen problemas históricos de saneamiento costero y que actualmente se están adelantando acciones para mitigarlos.
Líderes comunitarios, como José Cantillo, han reclamado desde hace años mayor vigilancia sobre el emisario y sus efectos en zonas como Taganga, donde la contaminación ha sido documentada por investigadores. “Aquí hay una deuda ambiental. La comunidad ha tenido que defender su territorio sin apoyo real del Estado”, expresó Cantillo.
Aunque este tipo de sistemas se emplea en otras ciudades costeras del país, expertos como el biólogo Luis Miguel Moisés advierten que su efectividad depende del monitoreo constante. “El problema no es el método, sino que no se han hecho las tareas de control y seguimiento como se debe. Lo que debía ayudar, terminó siendo una amenaza para el mar”, concluyó.