Santa Marta se tiñe de rojo: homicidios, atracos y un sistema de salud colapsado aumentan la zozobra ciudadana

Hechos Violentos
Créditos redes sociales/X

La violencia desbordada y la falta de garantías para atender emergencias médicas profundizan la crisis de inseguridad en la ciudad. En menos de 48 horas se han registrado asesinatos y heridos a bala en distintos barrios, mientras crece el clamor por protección y atención digna.

Santa Marta atraviesa una preocupante ola de violencia que mantiene a sus habitantes entre el miedo y la impotencia. En menos de dos días, cinco personas han sido asesinadas, entre ellas un exmilitar atacado a tiros en el barrio San Fernando, y un joven trabajador lucha por su vida tras ser baleado durante un intento de atraco en el barrio Oasis.

Uno de los crímenes más recientes ocurrió en plena luz del día. Ronal Ramírez, reconocido por realizar oficios informales en su comunidad, fue asesinado cuando recogía agua en pimpinas. Sicarios en motocicleta lo interceptaron en la calle 4C del barrio San Fernando, conocida como ‘la Calle Mocha’, y le dispararon en la cabeza. El ataque, rápido y certero, no dio espacio a reacción ni a auxilios.

Testigos relataron que, al escuchar los disparos, muchos vecinos se refugiaron en sus casas por temor a ser alcanzados por las balas. La escena quedó bajo custodia de la Policía, que llegó cuando los responsables ya habían escapado sin dejar rastro. Con este asesinato ya son cinco los homicidios registrados en la ciudad en apenas 48 horas.

Las autoridades manejan como hipótesis principal una disputa entre bandas criminales por el control territorial, pero para muchos ciudadanos las explicaciones resultan insuficientes frente al incremento de muertes violentas y la ausencia de resultados concretos en las investigaciones.

Mientras tanto, en otro extremo de la ciudad, la tragedia golpea a otra familia. Jesús Alberto Higinio, de 28 años, fue atacado por un presunto ladrón que intentó quitarle el dinero que había ganado durante su jornada laboral. El joven se resistió y recibió dos disparos. Desde entonces, permanece hospitalizado en estado crítico.

El drama de su madre, Astrid, ha conmovido a cientos. En medio del caos y la desesperación, clamaba por ayuda médica especializada. Denunció negligencia por parte del sistema de salud y la falta de una ambulancia medicalizada para trasladar a su hijo a un hospital de mayor complejidad. “Me lo están dejando morir, no me lo quieren remitir a una mejor clínica”, manifestó entre lágrimas a las afueras de la clínica.

En medio del desespero, lanzó una fuerte crítica que ha resonado en redes sociales: “Como no es hijo de un alcalde, como no es hijo de ningún político, por eso es que no hay ambulancia. Pero si la hubiera, la hubiera para los políticos, para los de cuello blanco. Para mi hijo no lo hay. Un hijo que es trabajador, que tiene su familia”

Vecinos del barrio Oasis y allegados de la víctima coinciden en que se trataba de un joven trabajador y honesto, alejado de cualquier vínculo con estructuras criminales. La indignación en la comunidad crece, no solo por el intento de atraco, sino por el abandono institucional frente a una emergencia que requería atención urgente.

Ambos casos reflejan un panorama alarmante en Santa Marta, donde la delincuencia común, el sicariato y la falta de atención en salud se cruzan para configurar un escenario crítico. La ciudadanía exige respuestas concretas y acciones contundentes antes de que la sangre siga tiñendo sus calles.

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