Laura Camila Blanco, comunicadora social de 26 años, falleció en circunstancias sospechosas durante la madrugada del 27 de julio. Su familia no cree que se tratara de un suicidio y apunta a su pareja sentimental como principal sospechoso.
La madrugada del pasado domingo fue testigo de un hecho trágico en el barrio José Joaquín Vargas, localidad de Barrios Unidos, en Bogotá. Laura Camila Blanco, egresada de la Universidad Sergio Arboleda, murió tras caer desde la ventana de su habitación en el noveno piso del edificio donde residía.
De acuerdo con versiones recogidas por las autoridades, Laura compartía esa noche con colegas y su pareja sentimental. En algún punto de la madrugada, se habría producido una discusión al interior de la habitación. Minutos después, su novio salió y aseguró que ella se había lanzado por voluntad propia.
La joven fue trasladada de urgencia a un centro médico, pero llegó sin signos vitales. La noticia conmocionó tanto a su entorno profesional como a su familia, que desde el primer momento dudó de la versión del hombre.
“Él la venía apagando poco a poco”
Cecilia Osorio, madre de la víctima, rompió el silencio y señaló directamente al novio de su hija. Asegura que la relación de pareja estaba marcada por los celos, el control y episodios de agresión. “Era muy dominante y egocéntrico. Ella ya no era la misma. Él la venía apagando poco a poco”, relató.
Laura Camila, quien estudió Comunicación Social y Periodismo entre 2016 y 2020, había iniciado su carrera en medios, pero su madre afirma que la relación sentimental interfería en su bienestar emocional y profesional.
La familia reconoció que, aunque conocían las discusiones frecuentes entre ambos, nunca formalizaron una denuncia, pues confiaban en que las cosas mejorarían.
El caso está en manos de la Fiscalía
Tras los hechos, el novio de Laura fue retenido por las autoridades y rindió testimonio como testigo principal. Aunque fue dejado en libertad, el proceso judicial continúa abierto y bajo la lupa de la Fiscalía.
Las autoridades han realizado inspecciones técnicas al lugar y entrevistas a los asistentes de la reunión, para esclarecer si Laura se quitó la vida o fue víctima de un posible feminicidio.
Para la familia, la versión del suicidio no es creíble. Señalan que el estado en que quedó la habitación y el comportamiento del novio apuntan a que hubo intervención directa. “Mi hija no se lanzó. Estoy segura de que la empujaron emocionalmente y físicamente. No fue un accidente”, reiteró su madre.
La investigación sigue su curso, mientras familiares, amigos y colegas exigen justicia por la muerte de una joven profesional cuya vida fue apagada en circunstancias aún sin esclarecer.