Yerson Blanco Cantillo tenía 22 años y salió con la esperanza de ganarse 50 mil pesos. Su vida terminó abruptamente cuando un carro lo atropelló en plena Avenida del Ferrocarril mientras ayudaba a retirar un árbol caído. El conductor, presuntamente ebrio, no se detuvo.
Eran alrededor de las 10 de la noche del domingo 3 de agosto cuando Yerson, residente del barrio Villa Betel, aceptó un trabajo rápido: remover un árbol que bloqueaba parte de la Avenida del Ferrocarril tras un fuerte aguacero. Junto a un amigo, se dirigió al sector frente a la antigua sede de Dole para cortar las ramas del trupillo caído.
El ofrecimiento era simple pero útil: 50 mil pesos por completar la labor. Para Yerson, representaba una oportunidad de ingreso en medio de una economía difícil. Con machete en mano y sin mayor protección, ambos jóvenes comenzaron a trabajar sin saber que su noche terminaría en desgracia.
Mientras realizaban la tarea, el tránsito no se había cerrado del todo. Aunque había advertencias visibles, varios vehículos seguían circulando por el lugar. Uno de ellos un Renault rojo no desaceleró, no frenó, y en segundos, cambió todo.
El impacto y la conmoción
El vehículo impactó a los dos jóvenes con fuerza. Yerson llevó la peor parte: quedó tendido en la vía con heridas graves. Su compañero también resultó lesionado, aunque logró sobrevivir. Testigos afirman que el conductor iba a alta velocidad y que mostraba señales de estar bajo efectos del alcohol.
Ambos jóvenes fueron trasladados de inmediato a la Clínica Bahía, donde los médicos hicieron lo posible por salvar a Yerson. Sin embargo, pese a los esfuerzos, murió horas después. La noticia corrió rápido por Villa Betel, dejando a familiares y amigos en medio del desconcierto y la rabia.
“Él solo quería resolver una necesidad en casa. No merecía esto”, lamentó su madre, que aún no logra asimilar la pérdida. Las últimas palabras de Yerson antes de salir fueron que no se demoraba.
Indignación y pedidos de justicia
En el barrio donde vivía, lo recuerdan como un joven trabajador, servicial y comprometido. Su muerte ha generado un fuerte llamado de atención sobre la imprudencia al volante y la falta de controles en emergencias de vía.
La ciudadanía exige justicia. Piden que el responsable sea identificado y procesado, especialmente si se confirma que conducía en estado de embriaguez. Mientras tanto, las autoridades locales aseguran que ya adelantan las investigaciones para esclarecer los hechos.
El caso de Yerson no solo deja una familia rota, sino también una comunidad indignada que siente que, una vez más, la negligencia cobra la vida de quienes solo intentan salir adelante.