Niña indígena de tan solo 10 años fue hallada sin vida tras salir del colegio en Katanzama y fue sepultada sin aviso a las autoridades

El fallecimiento de una menor de edad, hallada sin vida en una comunidad indígena de Santa Marta, ha encendido las alarmas entre organizaciones civiles y pone en entredicho el accionar de las autoridades frente a casos en territorios ancestrales.

Erohina Crespo Mejía una niña de tan solo 10 años de edad, fue encontrada muerta el pasado jueves 17 de julio en la vereda Perico Aguao, territorio indígena de Katanzama, en zona rural de Santa Marta. El hallazgo ocurrió bajo un árbol, pocas horas después de que la menor saliera de su escuela con dirección a su hogar.

A pesar de la gravedad del caso, no se notificó de inmediato a las autoridades judiciales. Los familiares procedieron al sepelio el mismo día, alrededor de las 6:00 p. m., sin que se practicara una inspección técnica o se iniciara un procedimiento legal sobre la causa de muerte.

La comunidad indígena, en uso de su autonomía, optó por manejar la situación de manera interna. Sin embargo, esta decisión ha suscitado cuestionamientos entre defensores de derechos humanos y organizaciones que velan por la protección de la niñez.

Hasta la fecha, no existe un pronunciamiento oficial ni se ha confirmado la apertura formal de una investigación. La ausencia de pruebas forenses y la falta de información dificultan cualquier intento de esclarecer los hechos.

En medio del silencio institucional, los habitantes del sector claman por una actuación urgente del Estado. Piden que se respeten sus costumbres, pero que también se garantice justicia para la menor fallecida.

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