Misteriosa muerte de exministro ruso tras ser destituido por Putin enciende alarmas en el Kremlin

El exministro de Transporte de Rusia, Román Starovoit, fue hallado sin vida pocas horas después de ser apartado de su cargo por el presidente Vladímir Putin, en un caso que ya ha generado especulaciones, dudas y temor entre la clase política rusa.

El lunes por la mañana, Román Starovoit fue removido oficialmente de su puesto como ministro de Transporte mediante un decreto presidencial. Solo unas horas más tarde, su cuerpo fue encontrado dentro de un vehículo en un parque de Moscú, con una herida de bala en la cabeza y una pistola a su lado. Las autoridades indicaron que la principal hipótesis es el suicidio, aunque el caso sigue bajo investigación.

La repentina muerte de Starovoit ha sacudido a la élite política rusa, especialmente por el corto tiempo entre su salida del cargo y el hallazgo de su cadáver. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se refirió brevemente al hecho en una rueda de prensa. “Nos sentimos conmocionados. Es un suceso trágico”, dijo, agregando que “corresponde a los investigadores determinar las causas con precisión”.

Antes de llegar al gabinete nacional, Starovoit fue gobernador de la región de Kursk, zona fronteriza con Ucrania. Durante su administración, lideró proyectos de fortificación militar financiados por el Estado que fracasaron en contener incursiones ucranianas. “El nombre de Starovoit empezó a circular nuevamente cuando su sucesor y varios exfuncionarios fueron arrestados por corrupción ligada a esas obras”, explicó el diario Kommersant.

“Era cuestión de tiempo para que lo llamaran a declarar”, afirmó un exfuncionario local bajo anonimato. En medio del creciente ambiente de persecución judicial contra figuras caídas en desgracia, algunos analistas creen que el temor a ser vinculado a los escándalos podría haber llevado a Starovoit a una situación límite.

La prensa rusa ha reportado el caso con cautela. En contraste con la cobertura digital, la televisión estatal apenas dedicó segundos al fallecimiento del exministro. “Es como si quisieran que la gente no supiera lo que pasó”, comentó Nina Khrushcheva, analista política radicada en Nueva York. “En Rusia, cuando ya no se es útil para el sistema, se vuelve desechable”.

Pese a que no se ha confirmado ninguna acusación directa contra él, el entorno político interpreta este suceso como un mensaje sombrío. “Hoy en día, subir al poder no garantiza seguridad; caer puede costarte la vida”, añadió Khrushcheva. Para muchos funcionarios, lo ocurrido es más que una tragedia personal: es una advertencia que retumba en los pasillos del poder.

“Román era un hombre metódico, no parecía alguien capaz de hacer algo así”, dijo uno de sus antiguos colegas, visiblemente afectado. “Pero en este país, todo puede cambiar de la noche a la mañana. Hoy estás en el gabinete, mañana te conviertes en un ejemplo silencioso para los demás”.

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