Misterio por la muerte de Valeria Afanador: Medicina Legal confirma ahogamiento, pero familia insiste en nuevas hipótesis

El caso de Valeria Afanador, la niña de 10 años hallada sin vida en Cajicá tras 18 días desaparecida, sigue generando interrogantes. Aunque Medicina Legal dictaminó que murió por ahogamiento, la familia sostiene que no salió sola del colegio y exige nuevas investigaciones.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirmó que Valeria falleció por “ahogamiento o sumersión en medio líquido”. El informe reveló que la menor aspiró e ingirió agua y residuos de pantano que fueron encontrados en su estómago y vías respiratorias.

Los peritos establecieron que el intervalo post mortem es cercano a la fecha de su desaparición, ocurrida el 12 de agosto. Además, descartaron signos de violencia física: las prendas no tenían cortes ni desgarros y no se evidenciaron agresiones externas.

También se determinó que el cuerpo permaneció en contacto con agua y material biológico en descomposición, lo que explica la formación de adipocira. Pese a este panorama, la investigación continúa con análisis complementarios de laboratorio.

Abogado de la familia pide claridad

El abogado de la familia, Julián Quintana, insistió en que las conclusiones de Medicina Legal no cierran el caso. Según él, Valeria tenía dos heridas: una en el tórax y otra en la mano. “Una cosa es la causa de la muerte y otra el hecho que la provoca”, explicó en entrevista con Caracol Radio.

Quintana planteó tres hipótesis: que alguien pudo empujar a la niña, que permaneció con vida durante uno o dos días antes de morir o que huyó de una persona. Para el abogado, estos escenarios no han sido descartados.

Es improbable que Valeria haya salido sola del colegio. Los videos muestran que no era una niña exploradora y no acostumbraba abandonar por sí misma las instalaciones”, afirmó.

El colegio en el centro de la polémica

El plantel educativo Gimnasio Campestre Los Laureles Bilingüe, de donde desapareció la menor, permanece bajo la lupa de los investigadores. La familia considera que hubo fallas de seguridad y que la institución tiene responsabilidad en lo ocurrido.

Hasta el momento, la Fiscalía evalúa si existió algún tipo de negligencia por parte del colegio. “Estamos a la espera de que Medicina Legal entregue resultados adicionales para avanzar en las conclusiones de este proceso”, indicó Quintana.

El caso ha despertado preocupación entre padres de familia del municipio, quienes reclaman mayor vigilancia y protocolos de seguridad dentro y fuera de las instituciones educativas.

Dolor y exigencia de justicia

El padre de la menor, Manuel Afanador, reconoció que el dictamen trajo cierto alivio al descartar violencia física o abuso sexual. Sin embargo, advirtió que las dudas persisten: “Medicina Legal estará realizando algunos otros análisis técnicos más profundos que esperamos tengamos a la mayor brevedad”.

Para él, el comportamiento de su hija en las cámaras de seguridad es una señal de alerta. “Se veía muy inquieta, un comportamiento anormal en ella. Eso nos obliga a seguir preguntando qué pasó realmente”, expresó.

Mientras tanto, la comunidad de Cajicá mantiene la presión sobre las autoridades, pidiendo que el caso no quede en la impunidad y que se esclarezca cómo y por qué la niña terminó en el río Frío.

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