El cuerpo de la menor fue encontrado dentro de un saco, al interior de una vivienda ubicada a pocos metros de su casa, tras más de diez horas de búsqueda. Las autoridades investigan quién es el responsable y qué ocurrió durante esas horas cruciales.
El corregimiento de Mingueo quedó sumido en el desconcierto cuando, entrada la noche, el cuerpo de Shelsy Michel Navarro Ojeda apareció dentro de un saco a pocas casas de su vivienda, pese a que el sector había sido revisado repetidamente durante el día.
Durante más de diez horas, familiares, vecinos y autoridades peinaron calles, lotes, callejones y viviendas cercanas, impulsados por la esperanza de encontrar a la niña con vida tras su desaparición en horas de la tarde.
La confirmación del hallazgo cambió el rumbo de la búsqueda y dejó al corregimiento en silencio absoluto, marcado por la incredulidad y un sentimiento colectivo de frustración.
La comunidad señala movimientos sospechosos
Vecinos relataron que vieron a un hombre merodeando la zona antes del hallazgo y aseguraron que su comportamiento llamó la atención. Las descripciones coinciden en la ropa que llevaba puesta y en la aparente intención de huir del corregimiento poco después.
Las autoridades recopilan esos testimonios para establecer si esas pistas tienen relación directa con lo ocurrido o si corresponden a coincidencias surgidas en medio del caos y la angustia de la comunidad.
Investigadores del CTI revisan cámaras, realizan entrevistas y analizan recorridos para definir si ese individuo pudo estar en el lugar donde apareció el cuerpo de la menor.
Avances y exigencias en la investigación
La Policía y la Fiscalía intensificaron las labores forenses y técnicas para esclarecer el tiempo, modo y circunstancias de la muerte de Shelsy, un proceso que mantiene en expectativa a todo Mingueo.
El abogado Johan Enrique Peralta Gómez afirmó que el caso evidencia fallas estructurales en la protección a la infancia y pidió rapidez en los resultados. “Las autoridades tienen la obligación de actuar sin titubeos; la comunidad merece claridad y justicia”, sostuvo.
Su llamado se suma al de organizaciones y líderes locales, que insisten en que el crimen debe convertirse en un punto de inflexión para mejorar los mecanismos de vigilancia y reacción institucional en La Guajira.
El clamor de la familia en medio del duelo
Los familiares, devastados, señalaron que lo único que esperan ahora es conocer la verdad sobre lo ocurrido. “No buscamos culpables al azar ni confrontaciones; queremos respuestas y justicia para que esto no se repita con ningún niño”, expresaron con la voz entrecortada.
La familia también agradeció a quienes participaron en la búsqueda y pidió mantener la prudencia mientras avanzan las investigaciones, un mensaje que refleja tanto su dolor como su necesidad de claridad.
El corregimiento permanece en vigilia, unido por la indignación y la exigencia de que la muerte de Shelsy no quede envuelta en silencio ni dudas.