Libre e inocente, el joven boxeador de Fundación vuelve al ring con más fuerza para perseguir su sueño

Después de más de un año tras las rejas por un crimen del que fue declarado inocente, el joven boxeador fundanense Ebenezer Yireth Ricardo Ávila recupera su libertad y promete regresar al cuadrilátero con la misma fuerza con la que resistió el golpe más duro de su vida.

Fundación volvió a sonreír. Las calles, que alguna vez lo vieron correr rumbo al gimnasio con sus guantes al hombro, hoy fueron testigo de su regreso. Ebenezer Yireth Ricardo Ávila, orgullo del deporte local, fue absuelto del homicidio del psicólogo Raúl Enrique Montoya Casarrubia, ocurrido en enero de 2024, tras demostrarse que no tuvo participación en los hechos.

La decisión judicial puso fin a una pesadilla de más de un año. Su nombre, manchado por una acusación injusta, fue limpiado, y con ello renació la ilusión de un joven que siempre soñó con poner a Fundación en lo más alto del boxeo colombiano.

Golpeado, pero no vencido

Durante su tiempo privado de la libertad, Ebenezer se aferró a su fe y a su pasión por el deporte. En los espacios reducidos donde estuvo recluido, improvisó entrenamientos y no dejó que la tristeza apagara su espíritu. “Dios me sostuvo cuando todo parecía perdido”, dijo al recuperar su libertad.

Sus palabras no cargan rencor, sino gratitud. Asegura que el encierro le enseñó a valorar la vida, la familia y los verdaderos amigos. “Perdí tiempo, pero gané fuerza. Aprendí quién está contigo cuando no tienes nada”, expresó con serenidad.

Su familia, que nunca dudó de su inocencia, lo recibió con abrazos, lágrimas y la promesa de acompañarlo en su nuevo comienzo. “Él no solo vuelve a casa, vuelve a la vida”, dijo su madre, con la voz entrecortada.

El regreso de un campeón del pueblo

Antes de ser detenido, Ebenezer había iniciado su carrera profesional con cinco peleas, cuatro de ellas ganadas por decisión unánime. Su talento lo llevó a recibir propuestas para pelear en el exterior, incluso en Rusia y Estados Unidos. Todo eso se detuvo cuando la justicia lo apartó del ring.

Ahora, libre y enfocado, entrena nuevamente en el gimnasio donde creció, bajo la mirada de su entrenador de siempre. “No pienso rendirme. Este es el segundo round de mi vida, y pienso ganarlo”, afirmó con una sonrisa que mezcla orgullo y fe.

Su historia ha conmovido a Fundación. Los vecinos, comerciantes y jóvenes deportistas lo reconocen como ejemplo de resistencia y esperanza. “Ebenezer representa lo que somos los fundanenses: gente que cae, pero se levanta”, comentó uno de sus antiguos entrenadores.

Más que un regreso, una lección de vida

Durante su detención, su salud se resintió: perdió peso, sufrió episodios de ansiedad y enfrentó momentos de profunda tristeza. Sin embargo, jamás dejó de creer que la verdad saldría a la luz. Hoy, mientras vuelve a calzarse los guantes, asegura que su mayor victoria fue no rendirse.

Ebenezer planea regresar al cuadrilátero en los próximos meses y espera hacerlo en Fundación, para pelear frente a la gente que nunca dejó de creer en él. “Cada golpe que reciba será un recordatorio de lo que superé”, dice.

Su historia, marcada por la injusticia, la fe y la perseverancia, se ha convertido en inspiración para toda una comunidad. En un pueblo donde la esperanza a veces parece flaquear, su regreso simboliza algo más que un triunfo deportivo: es la victoria del corazón sobre la adversidad.

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