JEP descubre fosas comunes en Valledupar con más de 280 restos humanos; el país enfrenta su pasado enterrado

El hecho, revelado durante una audiencia realizada entre el 8 y el 10 de octubre de 2024, destapa una historia de desapariciones y silencios que por años quedaron bajo tierra.

En una intervención forense sin precedentes, la Jurisdicción Especial para la Paz confirmó el hallazgo de 282 contenedores con restos humanos en una fosa común del Cementerio Jardines del Eccehomo, en Valledupar.

El hallazgo fue presentado durante la audiencia pública de la JEP dedicada a verificar aportes de verdad de miembros de la fuerza pública. Allí, la Unidad de Investigación y Acusación reveló un informe que describe cómo cientos de cuerpos terminaron sepultados sin registro, en medio de prácticas administrativas que borraron su identidad y retrasaron la justicia.

El fiscal territorial para el norte del Cesar, La Guajira y Magdalena, Jerry De Jesús Garavito Rivera, explicó que la investigación permitió establecer un patrón: los cadáveres no reclamados o no identificados eran trasladados al cementerio por Medicina Legal, permanecían un año bajo custodia municipal y luego eran depositados en una fosa común sin control alguno.

Según Garavito, este procedimiento institucionalizado obstaculizó la entrega de cuerpos a sus familias. En muchos casos, los expedientes indicaban que los restos habían sido devueltos, cuando en realidad ya estaban bajo tierra, mezclados con otros en bolsas sin rotulación.

Dos niveles de olvido

Durante diez días, equipos de la JEP y de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas excavaron en la fosa número nueve del jardín ocho, un terreno tranquilo que escondía la magnitud del horror. Los forenses localizaron 282 contenedores, de los cuales 108 fueron clasificados como de interés forense por contener estructuras óseas que podrían pertenecer a víctimas de ejecuciones extrajudiciales.

El informe detalla que los cuerpos estaban dispuestos en dos niveles, cubiertos con capas de tierra. La ausencia de marcación y registros impidió cualquier identificación inmediata. En algunos casos, las bolsas estaban tan deterioradas que los huesos se fragmentaban con el más leve contacto.

De acuerdo con la JEP, la prioridad fue preservar cada fragmento, documentar las condiciones de los restos y remitir los de interés al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde continúan las pruebas genéticas y el cotejo con bases de datos de personas desaparecidas.

Restos que aún esperan un nombre

Hasta ahora, nueve perfiles genéticos completos han sido obtenidos, y otros catorce se encuentran en análisis. Los expertos confían en que estos resultados permitirán identificar a víctimas de desaparición forzada registradas entre 2002 y 2008, años en los que se reportó un aumento de los llamados “falsos positivos”.

El fiscal Garavito Rivera enfatizó que estos hallazgos no representan un logro judicial, sino una deuda moral: “Lo que encontramos es una muestra de lo que el Estado permitió durante años. Cada hueso recuperado es un llamado a responder por las vidas que se intentaron borrar”.

El trabajo coordinado entre la JEP, la UBPD y Medicina Legal permitió reconstruir parte de la cadena de custodia, identificar errores sistemáticos en la documentación de cuerpos y establecer las zonas del cementerio donde podrían existir otras fosas comunes aún sin intervenir.

Medidas y memoria

Tras los resultados, la JEP decretó medidas cautelares sobre el Cementerio Jardines del Eccehomo y el Cementerio Nuevo de Valledupar, con el fin de evitar alteraciones o nuevas inhumaciones que dificulten las labores forenses.

Las familias, presentes durante la audiencia, recibieron el informe con una mezcla de alivio y dolor. Algunos de ellos llevaban más de dos décadas buscando a sus seres queridos desaparecidos en el marco del conflicto armado.

Para la JEP, este procedimiento simboliza un paso hacia la verdad y la reparación. Sin embargo, advierten que el proceso apenas comienza: la magnitud del hallazgo sugiere que el número de víctimas podría ser mayor.

¿Cuántas historias aún permanecen enterradas bajo el silencio oficial?

Related Post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *