La cifra de fallecidos en la Franja de Gaza superó este fin de semana los 58.000, según el Ministerio de Sanidad local, mientras continúan los intensos bombardeos del Ejército israelí en diversas zonas del enclave palestino.
Los nuevos ataques aéreos lanzados por Israel sobre Gaza han dejado decenas de muertos, entre ellos varios menores que se encontraban recolectando agua en un punto de distribución en Nuseirat. Las autoridades médicas de Gaza denunciaron que la mayoría de las víctimas son civiles, incluidos niños y mujeres, y advirtieron que muchos cadáveres siguen bajo los escombros.
Funcionarios del hospital Al-Awda confirmaron la muerte de al menos 10 personas en el ataque a Nuseirat, entre ellos seis menores. El Ejército israelí reconoció que el bombardeo iba dirigido contra un miembro de la Yihad Islámica, pero un fallo técnico desvió el proyectil. Afirmaron que están revisando las consecuencias del incidente.
Además, se reportaron otros ataques mortales durante el domingo. Uno de ellos, contra una vivienda en el oeste de Nuseirat, cobró la vida de 10 personas de la familia Al Arbid. Otro bombardeo en la ciudad de Gaza mató a seis personas, mientras que tres más murieron en Al Mawasi, en el sur del enclave, tras un ataque a un campamento de desplazados.
Desde el inicio de la ofensiva, las autoridades locales aseguran que al menos 2.500 cuerpos siguen atrapados en zonas de difícil acceso. Equipos de rescate no han podido llegar a esos lugares por la magnitud de los daños y la constante amenaza de nuevos ataques.
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel declararon haber atacado más de 150 supuestos objetivos terroristas en 24 horas, incluyendo infraestructuras militares, depósitos de armas y puntos de lanzamiento de misiles en distintos puntos de Gaza.
Israel sostiene que Hamás utiliza zonas pobladas como escudo, lo que dificulta los operativos sin afectar a civiles. Sin embargo, la comunidad internacional ha elevado el tono de sus críticas por el alto número de víctimas no combatientes, mientras las negociaciones para un cese al fuego siguen estancadas.
Hamás, por su parte, ha condicionado la liberación de los 50 rehenes que aún retiene a la retirada completa del Ejército israelí y al fin de las hostilidades. Se estima que al menos 20 de esos secuestrados siguen con vida.
El conflicto, que comenzó el 7 de octubre de 2023 tras un ataque de Hamás en el sur de Israel donde murieron 1.200 personas, ha derivado en una de las crisis humanitarias más graves en la región. Las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad de Gaza indican que más de la mitad de los fallecidos son mujeres y menores de edad.

