La familia de José Antonio Sánchez Pabón no solo enfrenta al dolor de su partida, también la difícil situación de lograr repatriar su cuerpo a Fundación, Magdalena, tras confirmarse su muerte en medio del conflicto en Europa del Este.
La confirmación del fallecimiento de José Antonio Sánchez Pabón sacudió a los habitantes de Fundación, quienes no logran asimilar cómo un hijo de la región murió en una guerra ajena. El hombre de aproximadamente 29 años viajó miles de kilómetros hasta Ucrania con la promesa de obtener un salario que en Colombia parecía inalcanzable.
La oferta que lo llevó a alistarse
De acuerdo con allegados, Sánchez decidió enlistarse en Ucrania atraído por ofertas de hasta 20 millones de pesos mensuales. Esa cifra, imposible de alcanzar en su municipio, lo impulsó a dejar atrás a su familia y adentrarse en un escenario de incertidumbre.
Una promesa que terminó en tragedia
Con el paso de los días, lo que parecía una oportunidad se transformó en un riesgo mortal. Tras morir en medio de un bombardeo, su familia enfrenta ahora la dura tarea de gestionar la repatriación de su cuerpo, un proceso complejo y costoso que mantiene abierta la herida en su tierra natal.
En Fundación, los vecinos lo describen como un hombre trabajador, luchador y con deseos de superación. Su partida, además de tristeza, deja preguntas sobre las condiciones que empujan a colombianos a migrar hacia escenarios de violencia en busca de dinero y estabilidad.
“Él solo quería una vida mejor, pero terminó en un conflicto que no era suyo”, expresó un familiar, resaltando la frustración y el vacío que deja su ausencia. Para ellos, el viaje de José simboliza los sacrificios y riesgos que muchos están dispuestos a asumir cuando las oportunidades locales resultan insuficientes.
Una tendencia preocupante
El caso de Sánchez no es aislado. En los últimos meses, más compatriotas han sido reportados entre las bajas en Ucrania, reflejando una tendencia creciente de colombianos que se suman como combatientes en esa guerra. La falta de empleo formal y la precariedad económica son factores comunes en estas historias.
Hoy, su familia pide que la experiencia de José sirva como advertencia. Con lágrimas y dolor, instan a los jóvenes a reflexionar antes de dejarlo todo por promesas que pueden terminar en tragedia, como ocurrió con este magdalenense.