El caso ya había sido revelado a finales de agosto, pero a pesar de los llamados de auxilio, Olga Echeverri asegura que sigue viviendo bajo el acoso y las amenazas de muerte de su hijo.
Una mujer en Apartadó, Antioquia, volvió a encender las alarmas al denunciar que su propio hijo insiste en amenazarla de muerte. Se trata de Olga Echeverri, quien desde hace meses pide ayuda para enfrentar una situación que califica como “un calvario” junto a su hermana en condición de discapacidad.
En entrevista con Noticias RCN, la madre relató que el joven permanece rondando su casa, lanzando insultos y frases perturbadoras. “Él está loco, dice que tiene que matarme, que nos va a matar a todos, que no va a descansar hasta matarnos”, narró con evidente temor.
El pasado 26 de agosto, el caso ya había sido conocido a través de medios regionales, cuando Echeverri alertó que la adicción a las drogas había deteriorado la conducta de su hijo y que las agresiones eran cada vez más violentas. En esa ocasión, denunció que el joven había roto ventanas, dañado el carro familiar y hasta amenazado con incendiar la vivienda.
Pese a esa primera denuncia pública, la mujer asegura que las amenazas continúan. Incluso, grabaciones recientes muestran al muchacho deambulando frente al inmueble, golpeando las rejas y hablando en tono incoherente. En uno de los videos se le escucha decir: “Esta gente la van a robar, ¿cómo así?, que me maten ellos acá entonces”.
La vivienda, que antes representaba un lugar seguro, hoy parece una trinchera. Rejas y candados son las únicas defensas para Olga y su hermana, quienes viven encerradas. “Yo vivo aterrada, no puedo salir tranquila, tengo que esconderme en mi propia casa”, expresó.
Las autoridades reaccionaron con la intervención de la Patrulla Púrpura de la Policía Nacional, que dispuso vigilancia prioritaria y acompañamiento permanente. El alcalde de Apartadó, Adolfo Romero, afirmó: “Con la Policía Nacional vamos a tener atención 24/7 y una patrulla que recorrerá los barrios y corregimientos”.
Aun así, Echeverri insiste en que la solución no puede limitarse a custodiar la vivienda. Según ella, el joven necesita atención médica especializada para frenar los episodios de agresividad. “Yo no tengo recursos para pagar una clínica. Él necesita un tratamiento psiquiátrico, porque así no podemos seguir”, suplicó.
La madre también reprochó que, en ocasiones anteriores, el joven ha sido detenido y liberado en cuestión de horas, lo que agrava su sensación de desprotección. “Lo capturan y al rato lo dejan libre. Entonces vuelve, se para en la puerta y me amenaza. ¿Hasta cuándo?”, cuestionó.
El caso refleja cómo, pese a denuncias previas y medidas de protección, la vida de Olga Echeverri y su familia sigue marcada por el miedo. Ella reitera un llamado urgente al Gobierno Nacional para que su hijo reciba tratamiento y para que su hogar deje de ser un campo de amenazas permanentes.