Sanabria de 33 años fue asesinado cuando se disponía a tomar un bus con su familia con destino a Bucaramanga. Aunque ya había recuperado la libertad, las huellas de su vida criminal marcaron el final de su historia.
La noche del jueves, decenas de pasajeros que se disponían a viajar desde Santa Marta quedaron en shock al presenciar un ataque sicarial dentro de la terminal de transporte. La víctima fue identificada como Duvalier Sanabria Trujillo, quien descendía de un taxi junto a su madre y su pareja sentimental cuando dos hombres armados lo interceptaron y le dispararon a quemarropa.
Los impactos fueron letales y Sanabria murió en el acto. Mientras tanto, su madre y su pareja resultaron ilesas, aunque en estado de crisis nerviosa por la escena. El pánico se extendió entre viajeros y empleados, quienes corrieron a refugiarse para evitar quedar en la línea de fuego.
Según versiones preliminares, los sicarios huyeron en una motocicleta, pero una rápida reacción de la Policía Metropolitana permitió su captura tras una persecución sobre la Troncal del Caribe.
De buscado por Interpol a preso en Bucaramanga
El nombre de Duvalier Sanabria no era nuevo para las autoridades. En 2022 había sido capturado en Piedecuesta, Santander, con circular azul de Interpol, lo que significaba que era rastreado en 190 países. En su contra pesaban acusaciones por homicidio, porte ilegal de armas, hurto y hasta acceso carnal abusivo.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga había ofrecido hasta 10 millones de pesos por información que permitiera dar con su paradero. Su prontuario lo convirtió en objetivo prioritario en el área metropolitana de Santander.
Pese a su peligrosidad, Sanabria enfrentó un proceso judicial en el que fue condenado a 72 meses de prisión en 2017 por porte y tráfico de armas, pena que en principio debía cumplir en reclusión domiciliaria.
El expediente judicial que lo dejó en libertad
El Juzgado Séptimo de Ejecución de Penas de Bucaramanga certificó que Sanabria había descontado más de 71 meses de condena y que, gracias a redenciones por estudio y buena conducta, se le otorgó libertad por pena cumplida en noviembre de 2024.
Ese beneficio le permitió volver a circular libremente, aunque la decisión dejó abierta la posibilidad de que otras autoridades lo requirieran por procesos pendientes.
Lea aquí el fallo del Juzgado de Ejecución de Penas que decretó su libertad por pena cumplida.
En la sentencia también se declaró extinguida la pena accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos públicos, lo que significó un cierre jurídico de su condena principal.
Una vida marcada por atentados y venganzas
Sanabria no solo era señalado como sicario y cabecilla delincuencial en Piedecuesta, sino que también había sobrevivido a varios intentos de asesinato. En 2021 fue acusado del homicidio de Pedro José Oviedo Góngora, asesinado a puñaladas en plena vía pública de Piedecuesta mientras dormía en un andén.
En 2022, hombres armados lo emboscaron en moto y le dispararon en el rostro, pero sobrevivió. Aquel episodio lo dejó marcado, aunque continuó vinculado a actividades criminales en Santander.
Su historial incluye robos de motocicletas que luego eran modificadas para cometer otros delitos, así como nexos con bandas que disputaban el control de rentas ilegales en Bucaramanga y su área metropolitana.
El final de una carrera criminal
El jueves, Sanabria planeaba regresar a Bucaramanga desde Santa Marta. Había llegado días antes al sector de Gaira, donde permaneció con su familia. Su bus estaba programado para las 10 de la noche, pero no alcanzó a subir a él: a las 8 p.m., sicarios ya lo estaban esperando en la terminal.
Los disparos fueron certeros. Testigos aseguran que recibió al menos tres tiros en la cabeza. En medio del caos, su esposa gritaba desesperada, mientras su hija menor corría entre la multitud tratando de ponerse a salvo.
El cadáver quedó tendido frente a viajeros que minutos antes organizaban sus maletas. Para las autoridades, el crimen fue un ajuste de cuentas producto de viejas venganzas ligadas a su vida delictiva.
Hipótesis de las autoridades
La Fiscalía y la SIJÍN asumieron la investigación para determinar quién ordenó el crimen y qué motivaciones estuvieron detrás. Todo apunta a que sus antecedentes y las enemistades acumuladas durante años terminaron por sellar su destino.
Los dos presuntos sicarios tras ser capturados, quedaron bajo la custodia de la Fiscalía y serán presentados ante un juez de control de garantías.
Finalmente, La situación generó interrogantes sobre los vacíos que permitieron a Sanabria recuperar su libertad y circular sin restricciones.