Las autoridades confirmaron que el ataque frustrado con una volqueta cargada de explosivos en Tunja fue planeado por el frente Adonay Ardila Pinilla del ELN, bajo las órdenes de alias Poeta, un guerrillero con historial de atentados en Huila, Tolima y Boyacá.
El intento de atentado con una volqueta cargada con 24 cilindros bomba, ocurrido hacia las 5:06 de la madrugada del sábado 8 de noviembre de 2025, en inmediaciones del batallón Simón Bolívar de Tunja, sigue revelando nuevas conexiones. Según la investigación militar y judicial, el ataque fue organizado por el frente José Adonay Ardila Pinilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con apoyo de una red de narcotráfico que busca extender sus rutas hacia el centro del país.

El vehículo, que contenía un sistema de temporizadores y rampas artesanales para el lanzamiento de explosivos, fue abandonado en el barrio Curubal, a unos 200 metros del cantón militar. Técnicos antiexplosivos del Ejército lograron controlar la situación tras evacuar a más de 700 habitantes de los barrios Curubal, Prados de Alcalá y El Dorado.
“Gracias a la alerta ciudadana y a la rápida reacción de nuestros equipos, evitamos una tragedia mayor. No hay víctimas mortales, pero sí daños materiales y tres personas con lesiones leves”, informó el general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército Nacional.
Alias ‘Poeta’, sería el cerebro del atentado
El almirante Francisco Cubides Granados, comandante de las Fuerzas Militares, confirmó que la orden del ataque provino de alias Poeta, cabecilla del frente Adonay Ardila Pinilla, perteneciente al Bloque de Guerra Oriental del ELN.
El hombre, identificado como Jussef Morales Betancourt, de 35 años, lleva más de 15 años en la organización insurgente y es considerado uno de los cuadros políticos más radicales del grupo. De acuerdo con inteligencia militar, Poeta ha operado en zonas del Huila, Tolima, Casanare y Boyacá, y es experto en manejo de explosivos, emboscadas y adoctrinamiento.
Fuentes de la Fuerza Pública aseguran que Poeta busca consolidar un corredor estratégico que una Arauca, Casanare y Boyacá, con el fin de facilitar el tráfico de armas, drogas y dinero. “Todas las capacidades están activadas para capturar a los responsables. La persecución a alias Poeta es prioritaria”, sostuvo el general Cardozo.
Recompensas y despliegue militar
Tras confirmar la autoría del ataque, el Gobierno Nacional ofreció una recompensa de hasta 500 millones de pesos por información que conduzca a la captura de alias Poeta, y 200 millones más por otros cinco integrantes del mismo frente: alias Eliécer, La Gata, Malverde, Percy y El Zorro, señalados como sus principales colaboradores.
El ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, explicó que se adelantan operaciones conjuntas entre el Ejército, la Policía y la Fuerza Aérea para reforzar la seguridad en el departamento. “He ordenado reuniones extraordinarias de seguridad en Boyacá y otras regiones del país. No daremos un solo paso atrás frente al terrorismo”, manifestó el ministro.
El presidente Gustavo Petro respaldó las medidas adoptadas. “Se neutralizó el atentado que se pretendía hacer contra las instalaciones del batallón Simón Bolívar. La población fue evacuada a tiempo y se evitó una masacre”, señaló el mandatario en su cuenta de X.
Un amplio prontuario
De acuerdo con documentos de inteligencia, alias Poeta no es un desconocido para las autoridades. En los últimos ocho años ha sido vinculado a múltiples atentados, extorsiones y actividades de proselitismo armado en el centro y sur del país.
Entre sus acciones más graves se cuentan la instalación de cargas explosivas en Vianí (Cundinamarca) en 2017, por la cual fue capturado en 2018; el asesinato de un joven campesino en Huila en 2021; y varios ataques con banderas del ELN en Neiva entre 2021 y 2022. En enero de 2024 fue señalado de extorsionar a comerciantes del norte de Boyacá mediante amenazas telefónicas y panfletos.
“Alias Poeta representa una figura de enlace entre la vieja estructura del ELN y las nuevas dinámicas del crimen organizado. Su estrategia combina el discurso político con la violencia y el narcotráfico”, explicó un oficial de inteligencia consultado por Sin Tapujos.
Tunja, una ciudad en alerta
El gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, aseguró que la población se mantiene en calma, aunque continúa el despliegue de tropas y controles en las entradas y salidas de Tunja. “No vamos a permitir que la violencia toque el corazón de nuestro departamento. Boyacá sigue siendo tierra de paz”, dijo durante el consejo de seguridad realizado este domingo.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, confirmó el acompañamiento a las familias afectadas por el atentado. “Nuestro equipo regional verifica las acciones institucionales y la atención a las personas heridas. Ninguna situación puede poner en riesgo la vida civil”, manifestó la defensora Iris Marín Ortiz.
Mientras tanto, la Fiscalía General de la Nación continúa analizando las grabaciones de cámaras de seguridad que registraron el paso de la volqueta desde Sogamoso hasta Tunja, con el fin de identificar a los dos hombres que la condujeron y abandonaron la madrugada del ataque.
Un ataque que cambia el mapa del conflicto
Expertos en seguridad coinciden en que el atentado frustrado en Tunja marca un punto de inflexión en el conflicto armado colombiano. La presencia del ELN en Boyacá un departamento históricamente ajeno a la confrontación revela un intento por expandir su influencia hacia el centro del país y acercarse a corredores estratégicos.
Por ahora, la tranquilidad en Tunja se mezcla con la preocupación. Las autoridades mantienen el nivel de alerta y patrullajes permanentes. Aunque el atentado fue frustrado, la sensación que dejó en los boyacenses es que la guerra, que por décadas parecía lejana, tocó a su puerta.

