La preocupación por el estado de las playas en Santa Marta continúa creciendo luego de que turistas y residentes reportaran lesiones en la piel tras bañarse en distintos balnearios del Distrito. Los testimonios mencionan brotes, ardor, picazón y sarpullidos que, según indican, habrían aparecido poco después de entrar al agua.
Una de las afectadas más visibles en redes sociales relató que su caso terminó en una grave infección por estafilococo dorado, presuntamente contraída durante una visita a la playa en diciembre de 2024. A ella se sumaron decenas de denuncias similares, especialmente en sectores como El Rodadero, Puerto Gaira y Playa Salguero, donde los síntomas han sido frecuentes en los últimos días.
Aunque algunas publicaciones en medios locales han atribuido los casos a posibles virosis o reacciones alérgicas, los habitantes insisten en que la verdadera causa está relacionada con la descarga de aguas contaminadas al mar, una práctica que según denuncian, ocurre sin tratamiento ni vigilancia suficiente.
Siete playas bajo evaluación y versiones encontradas
Ante el revuelo, la Procuraduría General de la Nación activó una actuación preventiva y solicitó un análisis técnico detallado de la calidad del agua en siete playas: Bahía de Santa Marta, Taganga, El Rodadero, Puerto Gaira, Playa Salguero, Pleno Mar y Bello Horizonte. La solicitud fue dirigida al Dadsa, Corpamag, Invemar y a la Secretaría de Salud Distrital.
La Procuraduría pidió establecer si estas zonas costeras reúnen las condiciones necesarias para el baño y otras actividades recreativas, en cumplimiento de las normas ambientales vigentes. Además, solicitó verificar si existen riesgos sanitarios relacionados con organismos marinos —como aguamalas— o si hay una posible afectación viral en curso, versiones que también circulan desde los entes de salud.
Sin embargo, muchas de estas explicaciones no han convencido a la ciudadanía, que pide claridad, rigor científico y, sobre todo, una solución definitiva al posible vertimiento de aguas residuales al mar. Las imágenes de residuos flotando cerca de la orilla, olores desagradables y espuma irregular han reforzado la percepción de que se trata de un problema estructural.
Exigen respuestas y medidas concretas
El Ministerio Público fue enfático en exigir a las autoridades locales informes técnicos completos, verificables y basados en parámetros de salud pública. También recordó que las playas evaluadas tienen un uso turístico intensivo y deben cumplir con condiciones óptimas para el contacto directo sin representar un riesgo para quienes las frecuentan.
Las entidades involucradas deberán analizar niveles de bacterias, indicadores de contaminación, presencia de especies marinas que puedan causar lesiones y cualquier otro factor que afecte la integridad de los visitantes. En caso de detectar riesgos, la Procuraduría espera que se tomen medidas correctivas de inmediato.
Por ahora, los ciudadanos siguen atentos a los resultados de las inspecciones, mientras aumenta la presión para que se detengan los vertimientos irregulares y se garantice un uso seguro del mar. Santa Marta, como destino turístico del Caribe colombiano, necesita recuperar la confianza de quienes la visitan y proteger la salud de su población.