Santa Marta enfrenta crisis humanitaria en sus calles: 27 habitantes de calle atendidos y cientos olvidados

Habitantes de calle
Alcaldía de Santa Marta

Aunque la Alcaldía de Santa Marta intervino a 27 habitantes de calle en El Rodadero, la acción deja más preguntas que soluciones. Organizaciones sociales y ciudadanos advierten que el drama humano supera con creces lo mostrado en los comunicados oficiales.

Una intervención que muestra más de lo que resuelve

La reciente jornada en El Rodadero, donde 27 personas en condición de calle fueron intervenidas por la Alcaldía, expuso una problemática mucho más profunda de lo que la administración local admite. Ocho de estos ciudadanos fueron desalojados de cambuches en el cerro frente a ‘Techo Verde’ y otros 19 trasladados al Centro de Atención Integral, en un operativo que, según la Alcaldía, hace parte de la estrategia “Protegidos”.

Sin embargo, la magnitud del problema supera con creces la cifra reportada. De acuerdo con registros del DANE, Santa Marta se encuentra entre las ciudades del país con alta concentración de población en situación de calle, con estimaciones que oscilan entre 450 y 800 personas afectadas. Atender a solo 27 no alcanza ni al 10% de esa realidad.

La calle como refugio y amenaza

Mientras el gobierno insiste en que “la calle no es una opción”, las alternativas que ofrece parecen insuficientes y temporales. El mismo centro donde fueron llevadas estas personas no ha sido presentado con claridad: no se conocen cifras verificables sobre cuántos han sido rehabilitados, cuántos abandonan el proceso o cuántos logran una reintegración real a la sociedad.

Organizaciones sociales denuncian que la Alcaldía actúa sin articularse con las fundaciones que por años han trabajado con esta población, sin recursos estatales ni apoyo institucional. “Nos ignoran, pero se toman fotos en operativos aislados que no resuelven nada”, expresó un vocero de una fundación local que pidió reserva de identidad.

Comerciantes y turistas también padecen el abandono

Más allá del drama humano, comerciantes y hoteleros alertan sobre las repercusiones económicas y de seguridad que esta situación genera. “Los turistas ya no quieren alojarse en esta zona porque está llena de indigentes consumiendo droga frente a sus negocios”, señaló Mariana Ríos, dueña de un hostal en el Centro Histórico.

Plataformas como Booking y TripAdvisor ya reflejan el impacto, con reseñas negativas que afectan la imagen turística de la ciudad. Los empresarios piden acciones estructurales, no jornadas simbólicas.

Sin cifras claras ni planificación visible

Pese a las reiteradas promesas de una política pública actualizada, Santa Marta no cuenta aún con una caracterización completa de su población en situación de calle. El último censo confiable es de 2019. A ello se suma que la supuesta estrategia “Protegidos” no ha presentado indicadores de impacto, seguimiento técnico ni informes de auditoría.

“La realidad es que no hay un plan sostenido. Lo que vemos son acciones reactivas, mediáticas y sin continuidad”, señaló Rosa Villalba, veedora del sector turístico.

¿Una ciudad más humana o una estrategia de maquillaje?

El alcalde Carlos Pinedo Cuello ha insistido en que estas acciones buscan recuperar espacios y promover una ciudad más ordenada. Pero para muchos ciudadanos, lo que ocurre es simplemente una forma de maquillar la pobreza para mejorar la imagen ante el turismo.

La pregunta que se impone es: ¿puede una intervención de una mañana resolver años de abandono, consumo, pobreza y desarraigo?

Conclusión: una deuda social sin saldar

La intervención en El Rodadero fue apenas un reflejo del abandono estatal que sufre una parte olvidada de la población. Sin recursos permanentes, sin una política pública articulada y sin voluntad real de transformación, la ciudad corre el riesgo de seguir empujando hacia la marginalidad a quienes más necesitan ser incluidos.

Santa Marta no necesita más comunicados. Necesita resultados.

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