Una obra esperada por años terminó en un enfrentamiento entre equipos de la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena, que llegaron al mismo punto con maquinaria distinta y proyectos paralelos.
El barrio La Paz, al sur de Santa Marta, fue escenario de una nueva disputa institucional entre el Distrito y el Departamento. Dos entidades públicas coincidieron en el mismo tramo vial con planes de intervención distintos, lo que provocó una jornada de tensión, discusiones y confusión entre los habitantes del sector.
La confrontación ocurrió en la calle que comunica el centro de salud del barrio con la avenida principal. A primera hora, personal de la Alcaldía llegó al sitio para iniciar los trabajos de pavimentación dentro del programa Transformando mi barrio, liderado por el alcalde Carlos Pinedo. Sin embargo, minutos después arribó un equipo de la Gobernación del Magdalena, que también pretendía ejecutar allí su proyecto Mi Calle.
El encuentro derivó en un cruce de palabras entre funcionarios y contratistas. Desde la Alcaldía, el secretario de Gobierno, Camilo George, ordenó detener la maquinaria departamental alegando la falta de permisos y licencias necesarias para intervenir una vía del Distrito. Agentes de tránsito respaldaron la medida e iniciaron el procedimiento para inmovilizar los equipos.
Mientras tanto, representantes de la Gobernación defendían su presencia en el terreno. Según voceros del ente departamental, el proyecto había sido previamente socializado con la comunidad y hacía parte de un plan de mejoramiento urbano avalado por la Junta de Acción Comunal. “Esta obra busca beneficiar a los vecinos de La Paz, sin intereses políticos”, aseguraron.
Los residentes, en medio del enfrentamiento, expresaron su frustración ante la disputa. Algunos respaldaban el proyecto distrital, otros defendían la propuesta departamental, pero la mayoría coincidía en un mismo reclamo: que las autoridades dejen de lado las diferencias y se enfoquen en resolver el deterioro de la vía, afectada por el paso constante de vehículos y las recientes lluvias.
La tensión se extendió por varias horas hasta que la maquinaria de la Gobernación se retiró del lugar. Luego, la Alcaldía anunció que continuará con el cronograma establecido y que la obra avanzará conforme a las licencias aprobadas. En el sitio ya se observa la señalización del proyecto distrital y personal técnico realizando mediciones topográficas.
Desde la Gobernación, reiteraron que insistirán en su plan de intervención para el barrio y que buscan concertar una salida institucional que evite afectar a la comunidad. “El objetivo no es competir, sino trabajar por el bienestar ciudadano”, señalaron fuentes del despacho departamental.
El episodio refleja el ambiente de tensión política que se vive entre ambas administraciones, cuyas agendas de infraestructura coinciden en varios puntos del territorio samario. Por ahora, los vecinos de La Paz continúan a la espera de que la obra finalmente arranque y su calle deje de ser motivo de disputa.