La violencia volvió a sacudir a Santa Marta. En solo 12 horas, tres ataques sicariales registrados ayer miércoles 8 de septiembre dejaron dos hombres muertos y uno herido, desatando el temor entre los ciudadanos y cuestionamientos sobre la falta de control de la criminalidad en la ciudad.
Santa Marta vivió un miércoles sangriento que dejó al descubierto la grave crisis de seguridad que enfrenta la capital del Magdalena. En distintos sectores, sicarios actuaron con total impunidad, dejando dos muertos y un herido en una seguidilla de ataques que sembraron el pánico entre los habitantes.
Uno de los crímenes ocurrió dentro de una barbería del barrio San Fernando, donde Manuel José Delgado Quirajara, conocido como “Manolo”, fue atacado a tiros por un hombre armado que irrumpió en el lugar sin mediar palabra. Las balas rompieron la rutina del local y obligaron a clientes y vecinos a correr para salvarse.
Horas antes, en la Avenida del Río, el empresario antioqueño Daniel Zapata fue asesinado dentro de su vehículo, tras ser interceptado por dos hombres en motocicleta. Minutos más tarde, en Gaira, Joyser Hernández Muñoz resultó herido en otro atentado sicarial cuando se desplazaba por el sector de Villa Betel.
Las autoridades investigan si los tres ataques guardan relación entre sí, mientras la comunidad denuncia la ausencia de patrullajes y operativos en los barrios donde la violencia se ha recrudecido. Pese a los anuncios de refuerzo policial, los hechos del miércoles confirman que el sicariato sigue imponiendo su ley en las calles samarias.
Habitantes y líderes comunitarios exigieron al gobierno local y nacional acciones inmediatas contra las bandas criminales que estarían detrás de estos ataques. “La ciudad perdió la tranquilidad. Ya no se puede salir sin miedo”, expresaron varios vecinos tras la ola de sangre que marcó la jornada.

