Un ataque sicarial ocurrido la tarde del viernes en una barbería de Pinar del Río dejó tres personas muertas y volvió a encender las alarmas sobre la violencia en Barranquilla, apenas horas después de que se anunciara un pacto de paz urbana entre bandas criminales.
Tres hombres perdieron la vida en medio de un ataque armado dentro de una barbería ubicada en el barrio Pinar del Río, al sur de Barranquilla. El hecho se registró hacia las 4:20 de la tarde del viernes 3 de octubre, cuando dos sicarios en motocicleta irrumpieron en el establecimiento y dispararon en repetidas ocasiones contra las personas que se encontraban en el lugar.
De acuerdo con la Policía Metropolitana, dos de las víctimas murieron de inmediato dentro del local. Un tercero fue trasladado de urgencia al Camino El Pueblo, donde los médicos confirmaron su deceso minutos después debido a la gravedad de las heridas.
Los agresores, que se movilizaban en una motocicleta de color negro, huyeron tras ejecutar el ataque y hasta el momento permanecen en fuga. Autoridades activaron un plan candado en la zona, aunque no se reportaron capturas inmediatas.
La institución policial identificó a las víctimas como José Robles Rocha (24 años), Jeferson Villegas Ramírez (31 años) y Alejandro Osorio Piñeres (24 años). Todos residían en el área metropolitana y, según la investigación preliminar, no contaban con antecedentes judiciales.
El trasfondo de una tregua en entredicho
El múltiple homicidio ocurre apenas un día después de que los jefes de las organizaciones criminales ‘Los Pepes’ y ‘Los Costeños’, Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, firmaran en la cárcel La Picota de Bogotá un compromiso de suspender homicidios y extorsiones hasta enero de 2026.
El acuerdo había sido presentado como un “gesto de paz urbana” y fue acompañado por la Consejería Comisionada de Paz. Sin embargo, el ataque en Pinar del Río revive las dudas sobre la efectividad de ese pacto y plantea interrogantes acerca del control real que ejercen los cabecillas sobre sus estructuras en Barranquilla.
El general Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que se conformó un equipo especial de investigación entre la SIJIN y la Fiscalía para esclarecer los móviles del atentado y dar con los responsables. “No habrá impunidad frente a este hecho violento que enluta nuevamente a la ciudad”, puntualizó.
Para líderes comunitarios, el suceso refleja la fragilidad de los acuerdos entre grupos armados ilegales y evidencia que la población sigue expuesta a disputas territoriales que se resuelven con sangre.
Violencia en aumento en el Atlántico
Las cifras de homicidios en Barranquilla y su área metropolitana confirman un panorama alarmante. Entre enero y septiembre de 2025 se han registrado 680 asesinatos en el departamento del Atlántico, de los cuales 597 corresponden al distrito y municipios vecinos.
Los barrios populares del sur, entre ellos Pinar del Río, han sido escenario recurrente de enfrentamientos, atentados y extorsiones ligados a la guerra entre bandas. En julio pasado, una masacre en el barrio La Fe, en Soledad, dejó tres personas muertas, mientras que en junio un ataque en Puerto Colombia cobró la vida de otras tres y dejó nueve heridos.
La comunidad barranquillera insiste en que el anuncio de treguas no basta y reclama acciones contundentes del Estado para contener la ola de crímenes. “La gente ya no cree en pactos entre delincuentes, necesitamos seguridad real en las calles”, expresó un residente del sector donde ocurrió el más reciente atentado.
Con este nuevo episodio, la capital del Atlántico vuelve a enfrentar la sombra de la violencia urbana y la incertidumbre sobre la verdadera capacidad de las instituciones para garantizar paz y protección ciudadana.