El cierre parcial en las afueras de la Terminal de Transportes generó congestión y obligó a decenas de pasajeros a esperar sobre la Troncal del Caribe. El conflicto se originó por la disputa de un parqueadero que, según Transporte Sensación, habría sido intervenido de manera irregular por la administración.
El inicio de octubre trajo consigo un nuevo episodio de caos en la movilidad intermunicipal de Santa Marta. A las afueras de la Terminal de Transportes, buses y pasajeros quedaron atrapados en medio de bloqueos organizados por conductores de la empresa Sensación, quienes denunciaron un trato injusto de la gerencia del recinto.
El origen de la confrontación está en un parqueadero que, desde hace más de una década, opera bajo la administración de Transporte Sensación. La empresa asegura haber invertido recursos para adecuar el espacio, pero hoy la Terminal reclama su devolución sin reconocer dichas mejoras.
La tensión escaló cuando la gerencia del Terminal restringió el ingreso de flotas vinculadas a Sensación, amparándose en lineamientos legales que obligan a los vehículos intermunicipales a operar únicamente dentro del recinto. La medida provocó la protesta de conductores y un bloqueo que interrumpió el flujo normal de buses.
Nairobis Alvarado Rodríguez, gerente de Sensación, afirmó que la situación responde a una “persecución política” que ha dificultado las negociaciones. “Yo recibí ese parqueadero hace 14 años cuando era puro monte y lo adecuamos con recursos propios. Ahora que la Terminal está en mejores condiciones, quieren sacarnos sin reconocer la inversión”, declaró.
La dirigente añadió que está dispuesta a entregar el espacio, pero con un acuerdo justo: “Si quieren que lo desocupe, deben reconocerme el dinero invertido. Hablamos de alrededor de 80 millones de pesos, pero la administración no acepta”. El proceso ya se encuentra en instancias judiciales, aunque aún no hay un fallo que resuelva el pleito.
Mientras tanto, la Terminal sostuvo en un comunicado que el control del acceso responde a la necesidad de cumplir con las normas de la Superintendencia de Transporte, y que no puede permitir la operación de vehículos sin autorización. Además, rechazó los actos de protesta que derivaron en daños a la infraestructura.
En el lugar, los principales afectados fueron los pasajeros. Familias con niños, turistas y adultos mayores se vieron obligados a esperar buses sobre la Troncal del Caribe, en medio de carros particulares y motocicletas que circulaban a alta velocidad.

Hasta el momento, las autoridades locales no han presentado una salida definitiva. La Gobernación del Magdalena pidió a la Terminal acudir a la vía penal por los disturbios, mientras que los usuarios insisten en que el pulso empresarial no puede seguir trasladándose a las calles, donde ellos llevan la peor parte.

