Tras 18 días de búsqueda, fue encontrado el cuerpo de Valeria Afanador a orillas del río Frío en Cajicá. El hallazgo genera más preguntas que respuestas, pues la zona ya había sido inspeccionada.
La desaparición de Valeria Afanador, de 10 años, terminó en tragedia. Este viernes, las autoridades confirmaron que la niña fue hallada muerta en un sector rural del municipio de Cajicá, Cundinamarca. El gobernador Jorge Emilio Rey informó que el cuerpo estaba a la orilla del río Frío, lugar que había sido revisado en las jornadas iniciales de búsqueda.
“Con profundo dolor debo anunciar que Valeria fue encontrada sin vida. Como padre, me duele profundamente esta noticia que enluta a todo el departamento”, expresó Rey.
Una búsqueda marcada por la incertidumbre
Desde el 12 de agosto, día en que se reportó su desaparición, vecinos, bomberos, Policía y organismos de socorro se unieron en un operativo incesante. La menor, diagnosticada con síndrome de Down, fue vista por última vez en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, en la vereda Canelón.
Las cámaras de seguridad mostraron a Valeria caminando hacia un arbusto cercano al río, pero no se registró su salida del lugar. Esa imagen se convirtió en la última pista antes de que la esperanza se desvaneciera.
Testimonios y reclamos de justicia
El abogado de la familia, Julián Quintana, denunció irregularidades y prometió acciones judiciales. “Exigimos verdad. El gobernador ha dicho que el cuerpo habría sido dejado en ese sitio después de las primeras búsquedas. No permitiremos que este atroz crimen quede en la impunidad”, afirmó.
Por su parte, un campesino fue quien alertó a las autoridades sobre la presencia del cadáver en la ribera. “Yo lo vi y de inmediato llamé a la Policía. Nunca antes había estado ahí”, relató en medio de la conmoción.
Investigación en curso
La Fiscalía General de la Nación asumió el caso y trasladó el cuerpo al Instituto Nacional de Medicina Legal para verificar identidad y establecer la causa de muerte. El ente investigador aseguró que no descansará hasta esclarecer lo ocurrido.
“Este es un crimen que golpea a toda Colombia. Daremos prioridad absoluta a las investigaciones para identificar al responsable”, declaró un vocero de la entidad.
Dolor colectivo en Cajicá
El municipio amaneció de luto. Habitantes realizaron una velatón en honor a la menor y acompañaron a la familia en un clamor unánime de justicia. “Valeria era un ángel, nadie merecía hacerle daño. Queremos que este caso no quede en el olvido”, dijeron vecinos entre lágrimas.
La historia de Valeria se convirtió en un símbolo de dolor, pero también de la exigencia ciudadana por mayor protección a los niños y castigo ejemplar para los responsables de este crimen.