El presidente Gustavo Petro cuestionó la estrategia antidrogas de Estados Unidos y lanzó un mensaje directo a Donald Trump, asegurando que no permitirá amenazas ni injerencias extranjeras.
En la noche del 17 de septiembre, el presidente Gustavo Petro se dirigió al país luego de que Estados Unidos anunciara la descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico. Desde el inicio de su intervención, el mandatario defendió los resultados de su política antidrogas y responsabilizó a Washington del fracaso en el combate al consumo.
Petro criticó los métodos de erradicación forzada, promovidos históricamente por Estados Unidos, al asegurar que esa estrategia “solo ha dejado muertos, policías asesinados y campesinos sin oportunidades”, mientras que los cultivos de cocaína siguen en aumento.
Críticas a la política antidrogas de Estados Unidos
El jefe de Estado colombiano fue enfático al señalar que la guerra contra las drogas no se puede medir en cadáveres. “La política de Washington ha fracasado, porque mientras aquí contamos miles de muertos, en su país aumentan las muertes por sobredosis de fentanilo y cocaína”, dijo.
Durante su discurso, Petro invitó a Europa y a Estados Unidos a replantear su estrategia: “Los invito a hacer una guerra contra los narcotraficantes y no contra los campesinos. Desde América del Sur podemos enseñar que se trata de prosperidad y no de guerra”.
Al mismo tiempo, advirtió a Trump que no permitirá presiones ni intimidaciones: “Cámbiela, a mí no me amenace, aquí lo espero si quiere. No acepto invasiones, no acepto misiles, no acepto asesinatos, acepto inteligencia”, recalcó con tono desafiante.
Mensaje directo a Donald Trump
El presidente colombiano no evitó personalizar sus críticas. Aseguró que Trump ha sido engañado por sectores políticos en Colombia y le pidió no caer en el juego de las mafias. “Deje de escuchar a esas mafias políticas que han condenado al país a 700.000 muertos. Nosotros buscamos soluciones, mientras ustedes se benefician del negocio de la droga”, afirmó.
También cuestionó la justicia de la decisión estadounidense: “Es una injusticia contra el país que más sangre ha puesto en esta guerra. Es un insulto personal, porque si alguien se ha enfrentado al narcotráfico después de Luis Carlos Galán, he sido yo, a costa de mi seguridad y la de mi familia”.
Balance de la estrategia en Colombia
Petro defendió su política de sustitución voluntaria de cultivos, la cual, según sus cifras, ya suma más de 22.000 hectáreas inscritas por campesinos. “Estamos demostrando que con oportunidades, educación y universidad pública, el campesino decide dejar la coca”, señaló.
El mandatario recordó que durante el gobierno anterior, las hectáreas de coca pasaron de 154.000 a 142.000, “una reducción mínima frente a los recursos invertidos”. Según Petro, la diferencia de su gobierno es que busca “sembrar prosperidad y no violencia”.
De igual manera, criticó la erradicación forzada: “Esa práctica mata policías en Colombia y no reduce el problema. Lo que necesitamos es una erradicación voluntaria y acompañada de proyectos productivos”, sostuvo.
El fracaso de la “guerra contra las drogas”
Petro aprovechó el discurso para poner en evidencia las consecuencias sociales de cinco décadas de lucha antidrogas. “Un millón de latinoamericanos han sido asesinados en esta guerra. En Estados Unidos mueren 100.000 personas al año por fentanilo. Si continúan así, en diez años sumarán otro millón de muertos”, advirtió.
En su mensaje, insistió en que el verdadero problema no está en los cultivos, sino en el consumo descontrolado en las grandes potencias. “Si los estadounidenses quieren envenenarse con cocaína o fentanilo, no es culpable el campesino colombiano”, declaró.
Petro recordó además que como congresista luchó contra la corrupción ligada al narcotráfico: “Logré que el 35% de los senadores fueran a la cárcel, arriesgando mi vida. Eso se hace con inteligencia, no con misiles ni con barcos que matan jóvenes inocentes”.
Petro hace un llamado a un cambio global
El mandatario colombiano insistió en que la solución pasa por una transformación profunda de la política internacional. Propuso que los países consumidores asuman su responsabilidad y trabajen junto a América Latina en estrategias centradas en la vida, la salud y el desarrollo económico.
“Colombia, Perú y Bolivia producimos cocaína, pero la realidad es que solo diez municipios concentran la producción. Esa pobreza estructural es la que debemos atacar. Y lo estamos haciendo con universidades, con alternativas productivas y con paz territorial”, subrayó.
Finalmente, envió un mensaje de advertencia a Trump y a sus aliados: “Nuestra soberanía no está en venta. Colombia no se arrodilla. Aquí los recibimos para dialogar, pero con respeto y cifras reales, no con amenazas ni mentiras”.

